miércoles, 29 de noviembre de 2017

No me estoy yendo

"No me estoy yendo", te dije mientras te daba un último abrazo. 
"Maldita zorra" me susurraste al oido.
Estaba loca joder, loca. Por ti.

Te pedí un último beso con sabor a primero, 
completando un círculo
para que no hubiera un final establecido.

"Prometo volver a vernos"
te dije en un intento de que no corrieran más lágrimas.

La luna fue testigo de lo idiotas que pareciamos besándonos llorando. 
Pero qué bonitos quedaban tus ojos color miel bajo su luz.

Nunca tendría suficiente tiempo para despedirme de tus labios.

No poder dejar de mirar atrás cuando te ibas 
esperando volver a ver tu mirada.
Esa puta mirada que me provocó estas turbulencias.
La odio, joder. 
Y, a la vez, me gusta tanto...

La última noche que nos besamos no encontraste felicidad en la mía.
¿Te extraña?
El aire olía a despedida.

Fue todo tan rápido,
tan amor de verano, 
tan fuego, 
tan brutal, 
tan correcaminos, 
tan caos 
y a la vez tan cosmos...    

Qué hostia nos vamos a dar, que hostia nos estamos dando. 

Empezó antes de dejarte de mirar,
como quién empieza el duelo antes de la última campana. 
Creí que tardaría más en llegar. 
Creí que no dolería así. 
Pero duele. 
Y mucho.

Me dices que quieres recordarme riendo 
y yo no dejo de pensar en tu sonrisa.


Y, joder, no me estoy yendo pero vamos a dejarnos de ver.

Nos marcamos sin querer. A fuego.
"Tú siempre vas a ser tú" te susurraba mientras acariciaba tu cara. 
Tú siempre vas a llevar contigo una parte de mí, 
te la he regalado, 
algún día la recuperaré cuando te vuelva a ver.

No me estoy yendo, pero ya estamos lejos.

La incertidumbre de qué pasaría al vernos 
se ha convertido en ¿qué viene ahora? 
¿es un final o solo un punto y coma?

"¿Sabes que podría ser la última vez que nos tenemos?
Me repetías una y otra vez. 
No sé por qué pero siento que no será la última, 
no lo puede ser, me niego.

Algo que no queremos terminar 
pero es la vida la que nos está obligando 
a pesar de habernos unido el destino. 
No nos van a separar.

Tan diferentes y a la vez tan puzzle, 
tan dejarse llevar suena demasiado bien 
y tan menuda hostia que me voy a pegar.

Pero hay hostias que merecen la pena y, esta, es una de ellas.

1 comentario:

  1. Te pedí un último beso
    (que supiera) a primero.
    nunca tendría suficiente tiempo
    para despedirme de tus labios.
    (Esa noche no cabía un adiós,
    sino un hasta luego,
    un hasta que la vida decida juntarnos,
    otra vez, de nuevo.)


    Me encanta leerte, no puedo evitar reinterpretar, es maravilloso. Jo, qué bien, qué bonito. -L

    ResponderEliminar