sábado, 6 de mayo de 2017

Metamorfosis

Casi un año después puedo decir que he acabado 
(casi casi) mi metamorfosis.



Este año ha sido una etapa de transición,
de centrarme en mí, 
de ser egoísta, 
de dejar de hacer las cosas para el resto,
de mirarme al ombligo.

Si miro a mi yo de hace un año
casi no lo reconozco.
No he cambiado tanto en la forma exterior,
puede que nadie note mi transformación, 
pero lo que a mi YO (egoísta) se refiere... 
he cambiado mogollón.

Sobre todo, el cambio más importante, 
ha sido aprender a quererme
desenterrando mi ego, 
siendo capaz de mirar un objetivo 
fijamente a sus ojos amenazantes
y lanzarme 
creyendo que puedo conseguirlo.

Porque siempre quiero más,
veinteañera inconformista,
insaciable, demasiado exigente.

Creer que puedo conseguir 
cualquier cosa que se pase
por mi mente furiosa.

Querer mucho al mundo 
pero a mí misma el doble.
                        Valorarme.

Todos deberíamos tener una etapa de transición,
lenta, larga y completa.

Para querernos antes de intentar que nos quieran.
Para ser felices antes de buscar la felicidad.
Para conocernos antes de intentar que nos conozcan.

Casi un año después de una época complicada
puedo decir que he tenido muy pocos días malos
desde que llegué al 50% del cambio,
que ha sido difícil a veces,
pero que ha merecido la pena
y la merecerá más aún (si puede).

Casi un año después de una época complicada puedo gritarle al mundo 
que soy feliz, 
que estoy (casi casi) completa, 
que me conozco al 89%
y que se prepare, 
porque me quiero un montón 
y no me va a parar nadie.

No hay comentarios:

Publicar un comentario