Mis líneas no existirían si no llegas a cruzarte en mi camino para llenarlo de curvas, baches y caídas.
Así que gracias por el daño y por obligarme a esforzarme para salir de tu vida.
Como un laberinto lleno de secretos, me encontré con algo maravilloso en cada esquina (que nunca hubiese encontrado si no llego a estar huyendo de ti).
Gracias a tu mente cerrada, acaparadora, poco compatible con la mía o demasiado simple, encontré mentes que me dieron alas, me abrieron los ojos y me enseñaron mi mundo desde el cielo antes de que me adentrara en el suyo.
Antes me encantaban la líneas rectas, simples, fáciles, tranquilas. Y ahora, gracias a ti, me encanta el riesgo, los baches, las curvas y las mentes complejas que ven más allá del horizonte ( y me llevan hasta él)
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